Hola, soy Carolina
y aquí comparto lo que he aprendido tras más de 15 años tejiendo, y por qué he creado este espacio para aprender a tejer desde cero, paso a paso y sin complicaciones.
Aprendí a tejer con mi abuela, cuando tenía poco más de 20 años. Me enseñó los puntos básicos: derecho, revés… y aunque en ese momento no hice gran cosa, ahí empezó todo.
Años después, antes de que naciera mi hija mayor, retomé el tejido. Empecé otra vez con lo más básico, pero esta vez quería algo más. Me atraían los proyectos prácticos, tejidos sin costuras. No me gustaban las costuras visibles en los jerséis que hacía mi abuela, y sabía que tenía que haber otra forma.
Recuerdo pasar horas buscando tutoriales en Pinterest y mirando fotos de calcetines tejidos a dos agujas. Me fascinaban. Eso era lo que yo quería aprender. Pero me parecía inalcanzable en aquella época.
Por entonces también empecé a coser. Se pusieron de moda las muñecas Tilda y me encantaba hacerlas. Había gente que tejía jerséis y rebecas a medida para esas muñecas, y no podía imaginar cómo eran capaces de crear prendas tan pequeñas y adaptadas a sus cuerpos. Me parecía magia.
Cuando coser dejó de ser opción, el punto fue la solución.
Pero cuando nació mi segunda hija, coser se volvió imposible. Preparar telas, usar tijeras, sentarme a la máquina… no era compatible con una bebé que se pasaba el día llorando y en brazos.
Así que volví a las lanas y las agujas grandes (más difíciles de perder). Tejer era práctico, portátil y más seguro. Podía llevarlo en el bolso y aprovechar cualquier momento del día. Aprendí a tejer con agujas circulares, lo que incluso me permitía hacer algunas vueltas mientras tenía a mi hija dormida en brazos.
Tejía mientras cuidaba. Así empezó todo lo demás
Más adelante, durante las largas tardes que pasaba en el parque con mis hijas, el punto siempre venía conmigo. Mientras ellas jugaban, yo avanzaba en mis proyectos.
Lo que empezó como un espacio para mí, fue llamando la atención de otras madres, que me preguntaban si era difícil o si ellas también podrían aprender. Algunas se animaron, y así, de manera natural y sin buscarlo, empecé a enseñar.
Woolanie nació por mi hija, pero ahora es también para ti
Desde entonces han pasado más de 11 años, y no he dejado de tejer.
Ahora mi hija mayor también ha empezado. Ya ha tejido sus primeros gorros y bufandas, y está haciendo sus propios calcetines.
Y fue entonces cuando lo vi claro: Woolanie nació, en realidad, por ella.
Quería darle un lugar al que pudiera recurrir siempre que necesitara resolver una duda, quisiera repasar una técnica o recordar cómo se hacía algo… sin depender de que yo estuviera disponible en ese momento. Un sitio donde todo estuviera explicado con calma, con explicaciones claras y pensado para aprender desde cero.
Algo que llevaba tiempo rondándome la cabeza —crear un espacio donde aprender a tejer de forma sencilla y accesible— empezó poco a poco a tomar forma. Lo que nació como un recurso para mi hija, se transformó en una idea más grande: compartir este conocimiento con otras personas que también quieren aprender a tejer desde cero, pero no saben por dónde empezar.
Este también puede ser tu espacio
Aquí no son necesarios conocimientos previos, ni tener “buena mano”. Solo necesitas ganas de aprender, tus agujas, un ovillo… y un ratito para ti.
Mi idea es acompañarte desde lo más básico —montar puntos, entender un patrón, tejer tu primer gorro— hasta proyectos que hoy te parezcan imposibles, como unos calcetines tejidos a mano o una prenda sin costuras. Todo, explicado paso a paso. Como me habría gustado a mí encontrarlo cuando empecé.
Y si te pasa como a mí, en algún momento te vas a dar cuenta de que tejer no es solo aprender una técnica. Es tener un rato solo para ti. Sin prisa. Sin ruido. Para reconectar. Para respirar. Para hacer algo con tus manos que también te ordena por dentro.
Eso es lo que quiero compartir aquí.
Bienvenida a Woolanie.
Tu espacio para aprender a tejer, paso a paso, sin complicaciones.
¿Te gustaría aprender a tejer y reconectar contigo misma?
Empieza a tejer y regálate un momento solo para ti. Desconecta del ruido, reconecta con tu creatividad y descubre lo que eres capaz de hacer con tus propias manos.
Si alguna vez has querido aprender desde cero pero no sabías por dónde empezar, este es tu lugar.