
Había leído en varios sitios que se puede teñir con nueces o con nogal. Así que, cuando en uno de mis paseos matutinos, me encontré con unos cuantos almendros decidí que quería probar a ver qué color conseguía.
La materia prima: el epicarpio de la almendra
Estuve investigando y a diferencia de lo que yo pensaba, que era que se teñiría con la cáscara de la almendra, me enteré de que en realidad con lo que se tiñe es con la funda que recubre la almendra mientras está creciendo en el árbol. También he aprendido que esa funda se llama epicarpio o exocarpio.

La funda verde de la almendra tiene que recolectarse cuando el fruto aún está en el árbol y todavía no se ha abierto completamente para dejar caer la cáscara dura con la almendra dentro. Esto ocurre a finales de verano, perfecto ahora que estamos en agosto.
Así que una mañana me fui temprano, bolsa en mano e hice mi recolección.
Preparación del tinte
Cuando llegué a casa las abrí y las metí en un frasco con agua y las puse al sol durante varios días para que fueran liberando los pigmentos. Aprovechando que estábamos en plena ola de calor en agosto en Sevilla, no necesité encender fuego.
Una vez el agua alcanzó un color bien saturado, puse la madeja a remojo y a continuación la introduje en el frasco. Ahí la dejé 24h, pero al sacarla no había absorbido mucho color (no tengo imagen de esa primera prueba).


Ajustando la técnica
Parece ser que cuando tiñes con aguacate, es necesario tener los huesos en remojo varios días y cada día subir la temperatura del agua a 50-60ºC y dejar enfriar para sacar todo el potencial del color.
Decidí hacer lo mismo con esta madeja. La puse en una olla de cocción lenta pequeña que tengo exclusivamente para teñir, dejé que la temperatura subiera a 60ºC y la dejé enfriar. Repetí al día siguiente.

Cuando vi este color, aluciné. Pero algo que ya he aprendido es que lo que ves en el baño no es el resultado final. Una vez enjuaga la madeja y seca pierde muchísimo color.
Esta es la madeja una vez enjuagada y secando


Modificación con hierro
Y así quedó una vez seca. El color no es feo, pero no me terminaba de gustar. Iba buscando algo más tirando a marrón.

Así que preparé un frasco con un poco de agua con sulfato ferroso e introduje la lana. Puse el temporizador a 15 minutos y a partir de ahí fui revisando el color hasta que me convenció.
Así salió la madeja del baño:

Y así quedó el color una vez lavada y seca:

Conclusiones
Me ha parecido muy interesante experimentar con la almendra y creo que tiene muchas más posibilidades. Seguiré haciendo pruebas porque estoy convencida de que la almendra tiene más colores secretos por revelar. ¿Quizás acidificando el agua? Ya veremos.